Shalom haberim, herman@s.
La Cuaresma es época de recogimiento y reflexión por lo que
las canciones que escojamos para las misas de este tiempo litúrgico deben ser
una ayuda, una fuente de inspiración para l@s fieles que las escuchen.
Oración, ayuno y limosna son los pilares de la vida del
cristiano especialmente en Cuaresma. Quizá nosotros desde nuestros coros no
podamos persuadir a nadie de que ayune o de que dé limosna, pero sí que podemos
ayudarle a intensificar su oración, escogiendo cantos que irradien paz y
faciliten el diálogo con Dios.
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Con esta intención os dejo una canción apropiada para el
momento del OFERTORIO. Que vuestra música sirva de complemento a la oración.
¿Ya conocías esta canción? Pues dime tú qué quieres que te cante.
Madre,
vengo a entregarte
esta
ofrenda pobre
que
tú guardarás.
Todo
lo traigo aquí
mi
ilusión, mi vida, mi fiar, mi sí.
Él
me miró y sus ojos
abrieron
la herida de mi corazón.
Más
me tendió su mano
yo
le di la mía
y
se la quedó. (bis)
Madre,
quiero morir
en
su cruz tan fría, tan desnuda y cruel.
Quiero
seguir sus pasos,
tú
de pie a mi lado
nada
temeré.
Porque
al fin del camino
en
sus manos, Madre, yo descansaré.
Quiero
seguir sus pasos,
tú
de pie a mi lado
nada temeré. (bis)
nada temeré. (bis)
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