Hoy os traigo un canto de adviento, el tiempo litúrgico que acabamos de estrenar, respondiendo a la petición que nuestra amiga Analia Grande nos hizo hace unos días a través de nuestro canal de YouTube.
Etimológicamente el nombre de adviento viene de la expresión latina “adventus redemptoris”, que significa “venida del redentor”.
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Como sabéis, el Adviento es el tiempo en el que los cristianos nos preparamos para el nacimiento de Jesús. Se extiende durante los cuatro domingos anteriores a la Navidad, y en cada uno de estos domingos se enciende una de las velas de la corona de adviento, acompañando este acto con una oración, hasta que el último domingo de adviento se enciende la cuarta vela. Es una ceremonia muy bonita y significativa, y, en la misa de la familia, a l@s niñ@s les suele gustar mucho, porque además supone una novedad para ellos, algo fuera de la rutina. Cada vela es de un color y todas tienen un significado: la amarilla simboliza la fe en Cristo; la roja, el amor de Dios; el azul, la justicia de Dios; y la verde representa la esperanza del cristiano.
A veces también he visto una vela blanca en el centro de la corona. Esta simbolizaría la luz de Cristo, que vino para vencer a las tinieblas.
El tema central de las canciones de este tiempo gira, como no puede ser de otro modo, en torno a la venida de Dios, haciendo referencia a ella con palabras como “te esperamos”, “ven Señor”, “viene el Señor”, etc. Maranathá, el título de esta canción, es una palabra de origen arameo que significa precisamente “El Señor viene”, y que era usada entre los primeros cristianos a modo de saludo. Es una canción muy bonita y pegadiza; os animo a que la incorporéis desde ya a vuestro repertorio de adviento.
Aquí os dejo el vídeo para que podáis aprenderla:
¿Ya conocías esta canción? Pues dime tú qué quieres que te cante.
MARANATHÁ
(LA RE MI do# fa#)
Te esperamos con la lámpara encendida.
Te esperamos, ven pronto, Señor.
Te esperamos, preparándote el camino.
Allanándote las sendas, te esperamos, Señor.
Maranathá, maranathá,
Maranathá, ven, Señor Jesús (bis).
Te esperamos con los brazos abiertos.
Te esperamos, no tardes, Señor.
Te esperamos, confiando en tu Palabra.
Preparándote el camino, te esperamos, Señor.